domingo, 22 de marzo de 2009

Primera final. Zaragoza 4- Sevilla At. 0

Lo de ayer no pasará a la historia, probablemente ni los aficionados acaben por recordar al final del año este partido que tuvo algo o bastante que ver con el que enfrentó al Zaragoza en el estadio de la Romareda el 18 de diciembre al Alicante. Son los dos último y es por algo, y aunque el Alicante parece que empata algún que otro encuentro parecen candidatos al descenso.

Pero vayamos a lo que importa, a los candidatos al ascenso. Ganó el Tenerife y parece que a no ser que una epidemia de lesiones acabe con Nino ese equipo va muy encaminado al ascenso. Ganó el Xérez pero a pesar de hacerlo su triunfo en el 93 suena a casualidad o suerte, así que desde aquí lanzamos aún dudas sobre el hasta ahora líder de la división (la semana que viene será fundamental para su suerte y la del Zaragoza). El castellón se borró de la lucha y parece que el Salamanca no va a llegar con fuerza hasta el final. Queda por ver lo que hacen hoy Rayo, Real Sociedad y Hércules (para mí un claro aspirante al ascenso aunque irregular en los partidos en los que se juega la vida).

Lo de ayer apenas merece unas líneas. Dos goles antes del desayuno y luego un páramo en el que la afición negó a adentrarse y gritó y abucheó a los suyos. Luego llegaron los olés y el crecimiento del rival, pero estos no las tenían todas consigo y entre los cambios de Marcelino (bien ayer, sin discusión al respecto, introdujo fútbol en el campo y esto siempre es positivo) que removieron el escenario y la expulsión del central del Sevilla Atlético todo quedó resuelto.
El Zaragoza se hizo dueño y señor de los momentos finales y de alguna forma Ewergol hizo un guño al pichichi de primera (Eto'o) y decidió hacer la guerra por su cuenta (uno de cuatro, si hubiera pasado algún balón quizá la media habrías ascendido), y Herrera y Jorge López mostraron lo que pueden hacer juntos (me emociono solo de pensar en lo que estos dos pueden hacer en primera... ayyyy).


lo mejor: el Zaragoza cumple en su primera final (4-0)

lo peor: la siesta tras el 2-0. El público necesita fútbol que llevarse a la boca.

Un nombre: Leo Ponzio. Espectacular en el corte, intenso y trabajador. Va sobrado en la división pero intenta demostrarlo, es más, pelea cada balón como si fuera el último.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Venga... dónde está la crónica de ayer?? Tanto esfuerzo, tanto grito y tanto vómito ha dejado resaca hasta aquí.