domingo, 8 de marzo de 2009

Dolor de cabeza. Zaragoza 2- Hércules 2

El partido comenzó con esa sensación estupenda que a veces nos recorre cuando todo, en apariencia, se nos presenat fácil en la vida. Bien el Zaragoza en el arranque, bien Ewer, bien casi todo (menos el árbitro que nos anuló un gol que no llego a entender pues no existen razones claras para ello). Así el Zaragoza navegó el partido con la luz de la tarde aún iluminando parte del estadio de la Romareda. Todo iba bien, una grata sensación lo recorría todo...

Y luego lo de siempre, o lo de casi siempre: falta de tensión y gol. Falta de intensidad y otro gol. A remar contra corriente, a luchar sin saber muy bien si éramos capaces de darle la vuelta a un partido en el que el Hércules ha dejado sobre la mesa su invitación al ascenso (ya nos gana en el cómputo particular, así que en realidad nos lleva un punto más de lo que dice la clasificación). Llegó el dolor de cabeza, ese dolor que no te quitas de encima fácilmente.

Zapater chutó una falta entre los tres palos y el portero hizo el resto (y Ponzio con su movimiento engañoso para la defensa), empate, pero nos dejó la sensación de que quizá si hubiéramos tirado un poco más en la parte final podríamos habernos llevado este partido.

Todo sigue igual y queda una jornada menos. Hay esperanza pero un poco menos de vida.


Lo mejor: Arizmendi y su lucha.
Lo peor: Lo de siempre, gelatina en defensa.

un nombre: Zapater (al fin metió un gol de falta... pero defensivamente no ha tenido su día)

1 comentario:

Anónimo dijo...

A ver si va a ser todo psicosomático... lo del dolor de cabeza y eso.
Voto por un dúo radiofónico-deportivo: vos y el señor Luis Molina.