La mala pinta o la esperanza. Hay un poemario de Begoña Paz (aún inédito aunque seguro que no por mucho tiempo) titulado A mala vida, escrito en gallego y en español, que muestra las dos caras de la vida, la mácula o esa mancha que nos persigue a todos y siembra dudas y la esperanza de vencerla y al fin ver la luz. Lo de ayer es un poco como la lectura final del libro de la poeta gallega: los errores o la esperanza de vencerlos.
La primera parte fue nefasta, con una defensa de descenso (a 2ªB), un centro del campo que no se encuentra (Generelo otra vez por la derecha...ayyyyyyyyy) y una delantera que apenas tocó el balón (¿a qué me suena todo esto?). Si pudiera sería bondadoso, de verdad, me encanta ver bien al equipo, pero lo de ayer en la primera parte no tiene nombre. Sergio y Pavón no pueden tener como escuderos en las bandas a Ripa y Cuartero, o mejor dicho, Ripa y Cuartero no se merecen tener como centrales a Sergio y Pavón. Lo del portero es cosa aparte, algún día parará alguna, digo yo.
La segunda parte mostró todo lo contrario. Contención en la defensa, un decente centro del campo, unas bandas con ganas (Ripa por la izquierda y Pablo de Barros por la derecha... que se queden los dos, eso es necesario), y dos delanteros que huelen la sangre a la distancia. Me quedo con Goni (titular ya, visto lo visto), Pablo en el centro del campo (en la banda o en el centro, me da igual), Ripa por la izquierda (pero en el centro del campo porque no termina de cerrar bien de lateral) y Oli arriba acompañado de quien sea.
Mañana más ante el Sporting, espero que con algún jugador de banda cerrado ya (me suena bien lo del venezolano del Barça, y la opción de Pablo Álvarez es más que correcta) y una decisión sobre la defensa (un central de garantías yaaaaaaaaaaaa). Mañana espero que la solución sea más importante que el problema, mañana la mala vida puede tornarse en buena.
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