lunes, 4 de agosto de 2008

Longás se marcha.


Era un adiós cantado. Marcelino no contaba con él y en este centro del campo sobresaturado (Zapater, Luccin, Gabi, Generelo, Hidalgo) no hubiera podido contar con minutos. La marcha de Longás supone para el Zaragoza toda una declaración de intenciones pero debo reconocer que estoy de acuerdo totalmente con la medida. Creo que es un jugador de mucho toque aunque tiene poco recorrido (y muchos dirán: "De la Peña tampoco lo tiene, Ibagaza no sabe lo que es eso, Rivera no se mueve demasiado...") y en el centro del campo que propone Marcelino toque y despliegue deben ser uno (Colsa, Duscher, Jesús Vázquez...).
La decisión de asumir las recomendaciones de Marcelino suponen algo muy interesante para el Zaragoza. Podrá acertar o equivocarse (suele acertar y mucho, que a nadie se le olvide que ha clasificado al Racing para la copa de la UEFA con una delantera formada por Bolado y Tchité), podremos jugar mejor o peor, pero la confianza en sus decisiones debe ser total. Remar todos en la misma dirección es requisito indispensable para consegui el ascenso y si esto supone el adiós de Longás no me parece mal la decisión. Le deseo lo mejor, eso sí, en su andadura junto a Luis Enrique y el resto de figuras del filial azulgrana. Se admiten opiniones contrarias, claro, siempre que estén bien argumentadas.

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