viernes, 17 de abril de 2009

Improvisación. Luis Molina

Improvisación es lo que Guardiola exige a Messi cuando un partido está atascado y el argentino tiene que inventar una jugada para ganarlo. A Messi se le paga por ello.
Improvisación es a lo que tendrá que recurrir Marcelino para armar su ataque el próximo sábado en la Romareda. A Marcelino también se le paga por ello.
Improvisación ha sido la máxima de la secretaría técnica y Directiva del Zaragoza para formar la plantilla que tiene que devolver a este equipo a la categoría que se merece. A la directiva y a la secretaría técnica se le paga para planificar. Y no para improvisar.
Con las lesiones de Braulio y Songo’o y las dudas sobre el estado físico de Ewherton, Arizmendi es el único ariete en plantilla para afrontar la próxima final (y recuerdo que vino como jugador de banda…). Y también posiblemente para más finales. No quiero pensar en una derrota o empate frente al Nastic el sábado, pero bien saben los de arriba que si ocurre, esta vez las cabezas se girarán hacia ellos. Marcelino estará libre de culpa.
Ha habido muchos despropósitos todo el año rematados con la jugada maestra de dar de baja a un jugador de la plantilla para no fichar a nadie. Entiendo que lo han intentado y que los equipos y candidatos se han subido a la parra, pero por una simple cuestión de coste-oportunidad, puede salir mucho más caro seguir en esta segunda de aburrimiento y penumbra.
Lo cierto es que el equipo está realmente mejor. Parece que Marcelino ha conseguido finalmente algo parecido a lo que él buscaba (aunque a mí sigue sin parecerme fútbol moderno), así que tendremos que confiar y arrimar todos el hombro para llevar este equipo a primera.
Al equipo le quedan 10 finales y parece que los rivales no tienen mucha intención de dejarse puntos en el camino, por lo que habrá que sacar muchos puntos de aquí al final (seguramente más de los esperados). Mañana primera final en la Romareda. Con Doblas de portero, y sin delanteros.

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