lunes, 2 de agosto de 2010

Volvemos a la carga!!!!

Agapito o el fracaso.
El verano es tiempo de playas y descanso, fichajes, rumores e ilusiones que se renuevan a cada instante. La mayor parte de las operaciones que se anuncian en verano no llegan a realizarse (bien porque no son ciertas, bien porque el mercado no las permite) pero a los aficionados eso nos da un poco igual. Solo queremos que nuestro equipo sea lo mejor posible y soñamos con fichajes imposibles.
El Zaragoza nada este año en aguas marcadas por la crisis. Apenas salen nombres, apenas se hacen operaciones y apenas el club es capaz de transmitir algo a sus aficionados (¿cómo es posible que un equipo de fútbol que aglutina tantas ilusiones en sus aficionados sea incapaz de tener un departamento de comunicación a la altura de los mismos y de la historia del propio club?). A una pretemporada poco clara (Chile sí, Chile no; Villarreal en Teruel y de pronto no; ciudad de Zaragoza sí pero sin contar con los rivales que anuncias que, curiosamente y afortunadamente, tienen partidos de Copa del Rey en esa fecha) se suma la escasez de nombres y movimientos interesantes, la falta de ideas que ilusionen a la afición y, finalmente, la caída definitiva de un presidente que no es capaz de ilusionar ni en verano (cuando todo ilusiona a los aficionados, o casi todo, vamos).
De nada sirve creer que se tiene razón si nadie cree en ello, si la suerte no te acompaña, si eres incapaz de transmitir tus ideas con cierta sensación de claridad (nadie duda de la importancia de Gay y Nayim, de su zaragocismo y de lo importantes que son para la afición, por eso en lugar de renovarlo pronto hizo que todo el mundo dudara de ello… y si hay otras razones deberíamos conocerlas, si estuvo a punto de vender el club debemos saberlo). Agapito lucha como gato panza arriba para que el equipo no acabe con la poca credibilidad que le queda (los abonos suben, que sí, que si antes eran 2 y ahora son 3 es que suben; y sí, si los pago el 30 de junio quiero mi carnet en casa la semana siguiente), el problema es que ya nadie cree que sea capaz de hacerlo.

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